Disfruta y vive el día de muertos en Ocotepec Morelos
Como ya te habíamos dado un adelanto de la celebración del día de muertos en Morelos, hoy hablaremos más acerca de uno de los días más conmemorativos en Ocotepec, que si bien está a una hora de Condominio Casco Antiguo, vale la pena presenciar este espectáculo cultural.
Ocotepec, cuyo significado es “en el cerro de los ocotes”, se encuentra separado por una delgada, casi imperceptible, franja de tierra: la Montaña de los Ocotes.
Se se ubica a sólo tres minutos de Cuernavaca por la carretera federal a Tepoztlán. Esta comunidad se divide en cuatro barrios con sus respectivas capillas, las cuales conservan la forma de administración heredada del Virreinato de la Nueva España, estructura que les ha permitido conservar la mayoría de sus costumbres y tradiciones indígenas, mismas que datan desde tiempos prehispánicos.
El Día de Muertos es una de las cuatro fiestas más importantes de Ocotepec, junto con Navidad, la representación de la Pasión de Cristo y el Corpus Cristi.
El día de muertos en Ocotepec Morelos
El cementerio es precisamente el lugar donde inician los preparativos para la celebración pues, diez días antes del 2 de noviembre, familias enteras comienzan a arreglar sus tumbas, las pintan y las redecoran.
Una de las tradiciones en Ocotepec consiste en levantar ofrendas en honor a quienes fallecieron durante el año; a estos altares también se les conoce como “Ofrendas Nuevas”.
Éstas se montan sobre una mesa y se recreael cuerpo del difunto, el cual se viste con ropa nueva, huaraches y sombrero o rebozo; a la altura de la cabeza se colocan las tradicionales calaveras de azúcar.
Una vez vestido, el cuerpo se rodea de las bebidas y los platillos que fueron los favoritos del difunto. En el caso de los altares de los niños se incluyen juguetes y golosinas.
Los elementos del altar de muertos
Los elementos tradicionales de una ofrenda son el pan, el cual es elaborado con productos de la Tierra; el agua, considerada la fuente de la vida y por la que lucha el espíritu en contra de la muerte, además de que sirve para calmar la sed durante el camino; el fuego, el cual purifica y llega a los muertos por medio de las velas del altar; y el viento, que da movimiento al papel picado del altar, alegrando así el espíritu.
Las casas con ofrenda nueva se reconocen por un camino de flores que se extiende desde el altar hasta la banqueta. Es una forma de avisar que ahí se espera la llegada de un difunto y que la gente puede pasar, si así lo desea, para admirar la ofrenda.
A los visitantes se les invita a pasar y son recibidos amablemente con panes, ponche, café y tamales. A cambio de esto, las personas otorgan respeto, afecto y algunas veces llevan velas o flores para el altar, en agradecimiento a las atenciones recibidas.
La noche del 31 de octubre repican las campanas de la iglesia anunciando la llegada próxima de los niños difuntos; por la mañana del 1 de noviembre se visita el panteón, el cual está adornado con flores de muchos colores, y se oficia una misa en honor a los pequeños.
Durante estos días, en las calles del pueblo se instalan puestos que ofrecen el tradicional pan de muerto, recién preparado y horneado.
Otra de las peculiaridades del poblado de Ocotepec es la procesión que se realiza durante las noches del 31 octubre y 1 de noviembre.
Las tradiciones mexicanas se alimentan de creencias, rituales, fe, humor y sueños. Una de las más importantes y de mayor arraigo popular es, sin duda, la celebración del Día de Muertos, en los diferentes panteones del país, y el estado de Morelos, no es la excepción.