Enseñar a nadar a tus hijos con estos sencillos pasos
Enseñar a nadar a tus hijos puede ser más sencillo de lo que imaginas, además de que traerá grandes beneficios para su seguridad personal y sobre todo, para disfrutar de las piscinas que tenemos para ti y tu familia en el Condominio Casco Antiguo.
Existe la creencia ampliamente extendida que los bebés cuando nacen ya saben nadar por el hecho de haber estado en el interior del líquido amniótico.
Esto no es cierto, aunque si lo es que un bebé puede flotar, no tiene miedo al agua y tiene un reflejo que le hace cerrar la glotis automáticamente cuando nota agua en su garganta.
Cuándo enseñar a nadar a tus hijos
Entre los dos y los tres años se puede conseguir que se desplace como un perrito más de 5 metros o de espaldas más de 10 metros, bucear y controlar la respiración.
Pero no es hasta los tres-cuatro años cuando un niño puede empezara nadar con independencia en el agua.
Conseguirás que tu hijo mejore sus habilidades natatorias si compartes sus juegos acuáticos. Si le da miedo el agua, empieza con juegos en la ducha o con accesorios divertidos como regaderas y pistolas de agua y canciones.
Ten en cuenta también que algunos pequeños rechazan la piscina porque el agua les resulta demasiado fría o porque les asustan los salpicones de otros niños.
Si le pasa al tuyo, procura ir a una que tenga una temperatura del agua agradable y a una hora en la que haya poca gente.
Olvídate de los flotadores. Si se los compraste para que se sienta más seguro en el agua, los expertos no los recomiendan.
No solo les puede dar una sensación falsa de seguridad, sino que también adoptarán una forma incorrecta de mantenerse a flote, ya que los hace tomar una posición vertical en el agua cuando necesitan poder mantenerse horizontalmente.
Deja que el niño vea a los otros niños nadando y disfrutando en la piscina y métele en la piscina contigo. Es normal que al principio llore o se queje. Si a los 5 minutos no ha dejado de llorar deja que salga de la piscina, pero tu quédate dentro. Intenta atraerlo con juguetes que floten o jugando con el agua.